jueves, 7 de julio de 2011

"Un bebé es un cheque en blanco a la orden de la raza humana" Bárbara Christine Seifert


Suelo observar a mi Manu mientras duerme. Miro sus suaves rasgos y trato de proyectarlos al futuro. Me imagino como su naríz pequeñita llegará a sobresalir de su rostro, su mandíbula crecerá, dejando atrás esta redonda carita. Su boca quizás estará enmarcada por una frondosa barba como la de su padre, o una descuidada barba de pocos días... En fín, juego a imaginarmelo siendo un hombre.
También suelo imaginar no sólo sus rasgos físicos cuando sea grande. También al mirarlo dormir sueño con quién será en el futuro. Mientras en la tv del dormitorio aparecen imágenes de jóvenes marchando por una educación de calidad para todos, sosteniendo que están dispuestos a perder el año escolar si es preciso por lograr su meta política, miro a mi Manu y pido a Dios que José Manuel sea una persona que viva por los demás. Que sea capaz de mirar la vida más allá de lo inmediato, que sea un granito de arena dentro de las grandes luchas que como humanidad debemos librar. Que su existencia sea humildemente importante y que comprenda el valor del amor por lo justo.
Lo miro mientras duerme y me comienza a aterrar la idea de que vaya a ser una persona egoísta, cuyos esuyerzos sean sólo para él. Me aterra que no vaya a ser una persona sencilla y que viva para ostentar. Me moriría si crece y se convierte en alguien arribista, discriminador o simplemente consumista.
Levemente sonríe mientras duerme, y yo pienso que eso es signo de bienestar. Me imagino que esas sonrisas las tendrá cuando grande, cuando sepa compartir con sus amigos y se sienta cómodo alrededor del cariño, que no sabe de marcas ni clases sociales, de la misma manera como sus padres conocieron la amistad.
Poco a poco despierto de mis sueños, y me doy cuenta que cada vez que mi Manu duerme, miles de celulas de reproducen para ir desarrollando su cuerpecito, y mientras el duerme, yo me encargo de fortalecer mis creencias para hacer de este niño un hombre que sume, un hombre que conozca lo maravilloso de vivir por una causa día a día, ya sea en su trabajo, en su familia, en su círculo de amigos, o quién sabe, quizás, en otros escenarios más reconocidos.
Termino de escribir y justo despierta.... me mira y pide su leche... y aquí estoy, de la misma manera que estaré para formarlo en los hermosos valores que deseamos que albergue en su corazón.

domingo, 19 de junio de 2011

Padre hay uno Solo


Históricamente las madres siempre se han sentido las dueñas del amor de los hijos. Mientras el hombre sale del hogar a "ganarse los porotos", la madre se dedica al desarrollo del apego, el afecto y todo lo que encierra el mundo sentimental de los retoños. Esta idea corre igualmente si la madre también trabaja. Es ella la que se siente con cierta ventaja frente al padre en cuanto a los afectos, cree ser quien conoce mejor a los hijos y quien puede responder mejor ante sus necesidades.

Poco a poco esta idea se ha ido desvaneciendo con los nuevos tiempos. Tuvimos algunas imágenes pop como "Papi Ricky" que nos hicieron ver que los hombres también son capaces de dar la vida por los hijos. O famosos en la TV que hablaban orgullosos de sus hijos, tal cual lo haría una madre. Incluso, creo yo, llegó a ser parte de nuestra moda urbana ver a los hombres con sus pequeños en brazos, muchas veces solos con ellos, disfrutando de la vida familiar que por mucho tiempo les fue permitido solo a las madres.

Mi historia ha exacerbado aun más esta idea. Nacida en una familia matriarcal, hija de una mujer que sola me sacó adelante, era casi obvio pensar que los padres no debían o no querían ser parte del vínculo sentimental con sus hijos. Siempre asumí que al momento de tener un hijo, iba a ser yo quien debería dividir los tiempos para poder cumplir con mis responsabilidades laborales, los quehaceres domésticos y los cuidados de mi bebé. Y creo que en más de alguna ocasión esto fue compartido por mi pareja, quien, a su vez, conoce un modelo familiar similar.

Podemos llamarlo machismo, pero no me suena muy convincente, ya que por ningún motivo encierra una capacidad superior del hombre. Todo lo contrario. Es una convicción de una inutilidad del hombre frente a ciertos temas. Y por ende, una superioridad natural de nosotros, las hembras, de cuidar nuestro nido y darle lo mejor a nuestros cachorros, cuales leonas en la sabana.

Hoy es el día del padre. Llevamos junto al padre de José Manuel 3 meses de experiencia en esta hermosa nueva vida junto a él. Muchas veces he sentido que el orden natural de las cosas ha caído con todo su peso sobre mí. Que soy yo quien debo despertar en la noche, soy yo quien ve su cuerpo cambiar, soy yo quien, con una habilidad desconocida, atiende tres necesidades del Manu a la vez... Pero hoy reflexioné sobre el hecho de que el padre de José Manuel ha escapado al "orden natural". A tenido una dura batalla contra la naturaleza y los dones que las hormonas no le han dado y ha logrado ser una verdadera compañía. Se ha convertido en un león que se levantó de su siesta en la sabana y ha cuidado de sus cachorros y de su leona. Creo que no tenemos roles definidos, sino que somos un equipo inexperto tratando de acertar en esta importante misión. No es que me ayude, sino que ha tomado la responsabilidad de cosas que muchas hombres no han tomado.

Hoy, tras un ataque de llanto de José Manuel, mis nervios colapsaron. Uno se agita cuando no puede manejar bien las situaciones, y se asoman a la mente frases como "y tengo que ser yo la que vea al niño así" o "mientras él (por el padre) hace otra cosa soy yo quien tiene que lidiar con estos gritos" Y mientras en mi cabeza estas frases revoloteaban, vino este padre y me dijo "a pesar de que nos desgasten estos llantos, debemos pensar que nunca más lo veremos así, sonriendo como sonríe hoy" Creo que cumplió su rol a cabalidad. No porque mudara o bañara al Manu, si no porque lo entendió, creo empatía con él, lo protegió y lo amó. Y se encargó que yo también lo hiciera. Logró entrar en esa dimensión reservada solo a las madres. Entró en este mundo sensible y me hizo parte de él, calmandome y dandome ánimos para seguir adelante.

A mi parecer, eso es ser un verdadero padre.

jueves, 16 de junio de 2011

Salir de casa


Se dice que los bebés son dependientes de las madres en su primera etapa de vida, ya que su subsistencia depende de la leche materna y los cuidados que la madre pueda brindarle. A pesar de que desgraciadamente existan casos de niños que crecen sin sus madres cuando guaguitas, es casi impensable imaginarse un bebé sin su mamá.
Pero yo sostengo que a la vez, una madre no puede estar sin su hijo.
Hace pocos días surgió la posibilidad de trabajar unas horitas de reemplazo de profesora. Era una excelente oportunidad. Pocas horas, cerca de casa... Pero no sabía lo difícil que era estar lejos de José Manuel.
Si bien la dinámica del trabajo hace que la jornada pase rápidamente y no te da momento para pensar en algo que no sean las clases, hay momentos en los que recuerdo a José Manuel. Como cuando conecto mi computador al proyector y aparece gigantemente su carita en el fondo de pantalla, y todos los alumnos exclaman: "¡Que hermoso!" "¡Que tierno!"... y en esos momentos mi pecho se aprieta y comienzo a sentir que me falta algo.
Otro momento difícil es cuando debo extraer la leche para almacenarla. Mi deseo de estar amamantándolo y no estar con una maquinita es horrible!
Físicamente siento que sólo puedo vivir si está entre mis brazos, o si mis ojos pueden verlo. No es desconfianza de los cuidados que mi madre le da, es una angustia de no tenerlo cerca.
Creo que José Manuel me gana en esta situación. Si no puede tener mi leche, le dan relleno. Pero cuando yo no estoy en casa, no tengo manera de obtener una dosis de Manu. Dependo de él como nunca pensé que lo haría. Se ha convertido en una parte de mi vida demasiado importante, tanto que angustia.
Antes pensaba que el trabajo me desarrollaba como persona. Pero en estos momentos eso no me interesa. Si bien me esmero en hacer bien mi trabajo, no se puede comparar con mi rol de madre, que es lo único que tiene sentido para mi.
Sé que poco a poco irá pasando esta dependencia. Que en algún momento me "destetaré" del Manu. Yo creo que el es más independiente que yo en esta relación y espero que me enseñe a alejarme de él sin sentir esa desesperación de verlo. Él sabrá hacerlo.

Supermamá!


Estoy convencida que dentro de las cosas que implica ser madre, está el deseo de hacer todo bien. No se si es algo de la naturaleza humana, o social, pero el concepto de madre alude a perfección. Una madre no debe equivocarse, una madre lo puede todo, una madre te protege de todo.... Y de repente tu hijo de 2 meses se enferma. Primera caída de la capa de superhéroe.
Quizás esta bronquitis pasará al olvido cuando llevemos años de resfríos, noches de fiebre y dolores de guatita, pero cuando ocurrió, sencillamente fue mi primera frustración de no poder proteger a mi hijo de todo.
Muchas veces le dije a mi mamá que no se preocupara cuando yo estaba enferma, o incluso encontré exagerada su reacción cuando me operaron, pero ahora lo comprendo mejor, muuucho mejor. Es realmente angustiante no poder darles siempre bienestar, y el sufrimiento de los hijos se vuelve propio, y multiplicado por 1000. Cada tos, cada queja, cada respiración dificultosa parece que saliera de mi cuerpo. Podría decir que también me afiebré, también tuve mi nariz congestionada y mi pecho apretado. Y en esos momentos deseas tener una varita mágica o superpoderes para quitarle ese sufrimiento, ser la mujer maravilla y llegar rápidamente con la solución. Bueno al igual que con la alimentación de mi hijo, la solución no la tenía solo yo. Tuve que darle la misión a un inhalador y unas gotitas que nos ayudaron mucho... creo que fuimos algo así como la liga de la justicia.
Prefiero no pensar cómo será cuando esos sufrimientos sean más profundos. Cuando José Manuel conozca la frustración, la pena, la rabia. Cuando alguien lo desilusione, cuando se enamore y no sea correspondido, cuando no sea capaz de algo aunque lo intente...
Creo que tendré que ir "curtiendo el cuero", porque para esos momentos necesitará algo más que un inhalador o una madre preocupada....

...Ya estoy cosiendo mi capita de superhéroe para esos momentos... aunque sé que nuevamente se caerá.

martes, 10 de mayo de 2011

La mejor de las redes sociales


Lejos la mejor red social es la maternidad. Cualquier mujer que entre en esta condición está dentro de esta red, la más informativa y abierta de todas. Tal es su efectividad, que a penas posee una nueva integrante, no tarda minutos en ofrecerle los más útiles consejos y se encarga de que conozca a cabalidad todos los ámbitos de su nueva condición.
Es muy extraño considerando como somos los seres humanos, pero cuando se está embarazada, entre embarazadas y madres existe un vínculo carente de competencia, envidia o mala onda. Se abre una amistad especial y se empatiza inmediatamente con la nueva madre. Se le llena de experiencias vividas, consejos e información que en muchos momentos puede llegar a ser agobiante, pero siempre se agradece.

Esto me pasó a mi cuando estuve embarazada, y actualmente también. En cosa de semanas sentí un apoyo muy fuerte de parte de quienes ya habían vivido el proceso. Todas nuestras conversaciones giraban en torno a cuidados, pañales, partos.. etc etc. Creo que gracias a ello es que antes de dar a luz conocía los tipos de pañales, toallitas húmedas, ropitas de bebé, sus calidades y precios, como si fuera la más experta de las madres. También sabía mucho de la lactancia, de cómo dar pecho y los problemas que se podían presentar. Y sobre todo, sabía mucho de los sentimientos que aflorarían cuando viera a mi hijo, de las noches en vela, de los llantos y sus soluciones, etc.

Creo que cada madre que me rodeó durante mi embarazo fue como un gran capítulo de una enciclopedia. Actualmente lo sigue siendo ya que cada vez que converso con alguna de ellas, la primera pregunta es ¿cómo van las noches? ¿cómo va la leche? ¿has estado con mejor ánimo? ¿Cómo está el Manu? Como si de ellas dependiera nuestro bienestar. Y creo que algo así debe ser. La naturaleza nos demanda ser portadoras del arte de ser madre, de toda su complejidad, para asegurar que se perpetúen los conocimientos y cada vez seamos madres más preparadas. Yo creo que es algo evolutivo quizás, un código entre mujeres del que depende nuestro rol de mamá.
Muchas veces somos capaces de hacerle caso a los consejos de alguna amiga que ya vivió la situación antes que a los consejos científicos, como si su veracidad y certeza no estuviera en duda. Somos capaces de dar consejos a otras madres que no conocemos inclusive. He recibido más de algún comentario en la sala de espera del doctor. Mujeres que se acercan sin más a preguntar qué edad tiene mi hijo, si toma pecho o relleno, me han dicho como sacarle la caspíta de la cabeza en caso que tenga, me han recomendado doctores y remedios, me han contado su experiencia de madres. ¿Y realmente les importamos mi hijo y yo? Yo creo que sí, que están cumpliendo con su tarea natural. Es imposible ver a un hombre que se acerque a otro hombre y haga los mismos comentarios en un contexto como ese. O que se acerque en un estacionamiento y le diga a otro : ¿Que bencina usa tu auto? Yo conozco una bencinera muy barata. O le haga recomendaciones de ropa, o le cuente sus experiencias. Porque no les interesa mejorar la vida del otro, y a las mujeres tampoco en lo que se refiere a otros temas. Con lo único que se borra el egoísmo y somos capaces de superar hasta la vergüenza de hablar con un desconocido es con la maternidad.

Repito, somos la mejor red social existente... creo que facebook debe ser una copia de lo que tenemos las madres entre nosotras.

lunes, 9 de mayo de 2011

Guatita Llena... Corazón Contento!


Creo firmemente que una de las cosas que nos llenan de orgullo a las madres es el hecho de dar pecho. Es un privilegio que adquirimos con nuestra condición de madre que nos diferencia del resto de los de nuestra especie y nos identifica como las únicas capaces de preservar la vida de nuestras crías. Si uno le suma los múltiples estudios que avalan los excelentes beneficios para la salud de nuestros retoños, podríamos decir que somos la fuente del bienestar y de la salud de nuestros hijos, no sólo en el presente, sino en el futuro también.
Con estos antecedentes pienso que la mayoría de las madres cuerdas desean amamantar a sus pequeños y sentir la satisfacción de verlo crecer con dicho alimento, que a la vez reafirma el vínculo madre-hijo como ninguna otra cosa lo logra. Yo soy una de esas madres cuerdas, pero que, por causas desconocidas, no logra satisfacer por sí sola el hambre y las necesidades nutritivas de mi pequeño José Manuel. En mi primer control el doctor me dijo que estaba subiendo muy bien de peso, pero ya al segundo esta carencia se hizo notar. El doctor pronunció la horrible palabra "relleno", que para mí estaba cargada de sentido negativo. Había escuchado muchos comentarios al respecto: "es muy cara" "Después no te toman el pecho" "engordan mucho" "los niños alimentados sólo con leche materna son mas inteligentes" y suma y sigue. Así que mi rostro se desfiguró al recibir la receta de una famosa S-26 que venía a sustituirme en mi orgullosa tarea de alimentar a mi hijo.
Cual madre celosa de esta nueva competencia, no di mi brazo a torcer. Compré la famosa "fórmula" que tan arrogantemente decía ser similar a mi, y me propuse doblarle la mano en la competencia por la salud de mi hijo. Tomé gotitas homeopáticas, tomé mucha agua, tragué la famosa antidepresiva-antisicótica pastilla Sulpilán... y nada. A pesar de poder darle pecho y tener una cantidad razonable de leche, mi hijo seguía pidiendome más. Tengo que admitir que es bastante frustrante no poder cumplir con su necesidad y sumado con los múltiples comentarios escuchados y la valoración social de este famoso "relleno", me sentí muy triste y decepcionada de mi misma. Creo que una pequeña parte de mi condición de madre se quebró, así como una extraña culpa de hacer incurrir en este gasto a mi pareja en este alimento.
Pero bueno, había que asumirlo, y luego de dar pecho y notar que aun mi hijo no quedaba de todo conforme, decidí construir una amistad con esta arrogante competencia. Me permití darle el placer de satisfacer a mi hijo y de aportarle los nutrientes necesarios, y además, le permití ayudarme con los horarios y los desvelos. Ahí me di cuenta que no era tan arrogante después de todo, y que humildemente accedió a ayudarme, sin quitarme protagonismo, y dejándome ser lo más importante en la alimentación del Manu. En una conversación que tuve con este tarrito llegamos a la conclusión que juntos seríamos un buen equipo ya que lo más importante era él, y que si él tenía su guatita llena, tendría el corazón contento....Y así yo también lo tuve.

domingo, 8 de mayo de 2011

Feliz día de la Madre


"Es una fecha comercial" Tantas veces repetí la misma frase, con enfado quizás, frente a las múltiples publicidades que incitaban a comprar carísimos regalos a las madres en su día. Enfado quizás porque yo no tenía un peso para comprar lo que me hubiese gustado obsequiarle a mi querida mamá. En otras, simplemente porque mi terquedad adolescente no me permitía admitir que un pequeño obsequio no significaba entregarme por completo al malvado capitalismo.
Hoy es el día de la madre, y a la vez, es mi primer día de la madre como tal. Obviamente no esperaba regalos ni atenciones, ya que mi hijo sólo tiene 1 mes y medio de vida, pero sí deseaba celebrarlo, a pesar de ser una fecha "inventada por los comerciantes" Por primera vez cobró sentido para mí esta fecha, ya que desde este otro lado del camino las cosas se ven diferentes. Ahora que soy madre me doy cuenta que sí hay que celebrar y festejar este día, por todo lo que ello implica. De partida, festejar lo hermoso que es ser madre y la felicidad de vivir por nuestros hijos. Es lindo tener un día al año para poder celebrar esta alegría y compartirla.

Hoy mi mejor regalo fue tener a mi hijo entre mis brazos, y al lado mío a mi madre, que siempre ha estado conmigo. Una cadena de entrega y abnegación, una herencia de dedicación que espero no romper, ya que cargo con la herencia de una maternidad que siempre trató de hacer las cosas de la mejor manera, con amor y preocupación.

En este día me celebro como madre, ya que no ha habido motivo tan grande como este para conmemorar. Ser madre de José Manuel es lo más importante, lo es todo para mi, ya sea en lo metafórico como en lo concreto. Y el es mi regalito que día a día recibo.

viernes, 6 de mayo de 2011

"Por una sonrisa el Mundo"


Muchas veces escucho a madres chochas hablar de las exitosas carreras de sus hijos, sus logros académicos, sus ascensos laborales... pues yo también me sumo y hablaré de la primera sonrisa de José Manuel.

Desde que nació sonreía. Sé que todos se adelantarían a decirme que sólo eran actos reflejos, y obviamente siempre lo supe, pero me conformaba con pensar que en lo más profundo esa sonrisa reflejaba la alegría de estar conmigo.

Un día cualquiera, al despertar, le hablé como de costumbre. Me miró a los ojos con una expresión muy seria y concentrada y en cosa de segundos, esbozó la más hermosa de las sonrisas!!!.

Yo, incrédula, pensé que nuevamente era una coincidencia, un reflejo... pero no! Repetí la misma frase, la misma entonación y Manu volvió a sonreír de la misma manera. ¡Cómo explicar con palabras la sensación que me embargó! Creo que sólo podría resumirla diciendo que fue como una electricidad que recorrió mi cuerpo y una felicidad enorme de saber que mi pequeño sabía quien era yo. Una prueba de su existencia, un reflejo de nuestro vínculo. Así que puedo decir con todo orgullo que José Manuel ya sonríe, es decir, ya nota todo el amor que le rodea y lo agradece con tan sencillo pero preciado gesto.


jueves, 5 de mayo de 2011

Manu...


Este es mi hijo, José Manuel. Llegó a este mundo un día 21 de Marzo, junto con el otoño y tal como lo hacen las hojitas al caer de los árboles, el se desprendió de mí para ser un aporte a este mundo, un abono que alimentará a quien lo conozca. Y así parece ser mi hijo, una hojita dorada que el tiempo se encargó de traernos. Suave, hermoso e inspirador de los más poéticos sentimientos.

Bienvenidos al blog de una mamá muy moderna


Bienvenidos a mi blog. El blog de una mujer de 27 años que lucha entre miles de estereotipos y trata de autodefinirse para no perderse en la vorágine de estos tiempos. Y es que estos tiempos son difíciles para quienes portamos la bella combinación cromosomática XX. Al parecer ser mujer es algo más que una condición biológica, más bien es un cúmulo de exigencias y expectativas que hacen de ser mujer realmente un trabajo de joyería.

Nunca pensé ser madre antes de los 30, menos dedicarme por completo a ello. Más bien sería una mujer independiente, con grandes logros académicos y laborales, que nunca compartiría su espacio con un hombre (menos aun lavaría su ropa interior) y que recorrería el mundo entero con su cámara fotográfica y sus novelas favoritas. Sería uno más de los personajes de Cortázar en París, esos personajes "Rayuelísticos" que se desviven filosofando en algún café bohemio sobre la trascendencia, el arte y la belleza, el amor... la muerte...

En muchas de mis discusiones adolescentes con mi madre, de esas que no son pocas en dicha etapa, me recuerdo liberando la siguiente expresión "¡Yo! ¡Hijos!???? Mamá, no todas las mujeres estamos hechas para ello, algunas preferimos otras cosas, como estudiar, el trabajo, etc" Hoy, como adulta, me pregunto ¿por qué será que habrá que escoger entre una vida o la otra? ¿Serán realmente incompatible ambos estilos de vida? Hoy puedo decir que si, sólo que la vida me condujo a optar por la primera, la que mi madre deseaba para mi, y yo, con mucha aversión rechazaba.

Creo que haber optado por la maternidad fue la decisión menos esperada. Pasé de ser esa mujer independiente, snob si se desea, a ser una mujer entregada por completo a otra persona. Hoy mis grandes discusiones sobre la estética las vuelco en la elección de ropa para bebé, y mi gusto por barrios bohemios como el Barrio Lastarria sòlo tiene sentido si es para llevar a mi hijo a pasear al Parque Forestal y pasar una linda tarde familiar. Para que hablar del "café filosófico" si ni siquiera puedo beber café. Así ha cambiado mi vida, mis expectativas, mi identidad.

¿Y es fácil esta opción? Por supuesto que no. En un mundo que cada día inventa más modelos femeninos masculinizados, en que la familia y la maternidad es vista como un gran obstáculo para poder vivir la vida, uno termina siendo una más de las que han caído en el camino de la reivindicación femenina. Vivimos en una sociedad que incentiva el individualismo, con un sector "progre" que se ha adjudicado una mal entendida lucha contra el concepto de familia ( del que lamentablemente se ha apoderado la derecha conservadora) y que simplemente ve con malos ojos a los hijos porque dificultan la participación en los entretenidos Happy Hours o after office tan recurrentes entre los adultos jóvenes chilenos.

Y bueno... aquí estoy actualmente, entre mamaderas, pañales y desvelos, sin saber muy bien quien soy, asumiendo poco a poco que soy madre y averiguando lo que eso significa y esperando que poco a poco pueda compatibilizar este hermoso rol con el resto de mi vida, y que las mujeres se atrevan a tomar esta decisión y no sientan que deben renunciar a esto para ser exitosas, ya que no hay éxito más grande que ver crecer a un hijo día a día.